La priorización del ser humano en retadores tiempos. Por el Lic. Jorge Gamboa
- Quality Consulting
- 7 dic 2020
- 2 Min. de lectura
Lo grito enfático: “la batalla no ha terminado”. Quiero pensar que en cualquier situación
contingente el hombre se ve en una encrucijada de descubrir de que está hecho y mecanismos conscientes e inconscientes se activan en él. Esto lo revelan contextos históricos como las guerras, catástrofes naturales, dictaduras y renacimientos ideológicos como lo fue la era “internet” que nos abrazó a inicios de este siglo veloz.

Hoy quisiera invitarte a la reflexión frente a algo que ninguno planeamos, sin embargo, vivimos y experimentamos día a día, con sensación de vulnerabilidad constante y una fuerza vital que no sabría explicar de donde nace pero la observo cuando estoy en mi mejor forma: ¿cuáles son tus prioridades frente a lo que ocurre?, lo económico, lo espiritual, la reinvención, el atolladero, la ruptura. Todas las escucho de clientes y frente al espejo en ciertas ocasiones. Los múltiples apegos se activan en nosotros de aquello que fue y quizás no volverá de la misma forma, sin embargo es un hecho que el que lo superviva llegará más fuerte a la meta de cómo inició.
Muchos aspectos se transforman, algunas parecen recuperarse. Es de llamar la atención que países como Nueva Zelanda están al 99% recobrados, están a punto de tener un concierto masivo con Guns´n Roses, y hace semanas que no presentan un solo caso de contagio, ¿qué los hace diferentes a otros países?, esta es una llamada de atención, la acción conjunta y en equipo que permita una modificación de las costumbres más arraigadas y autodestructivas. El egoísmo y la indiferencia disfrazados de buenas intenciones huecas deben terminar. Que gobernantes dejen de ofender nuestra inteligencia y crear un frente común que salve y valore la vida de todos los seres vivos de este planeta. El ejemplo ya existe, y no sólo en un país, existen continentes que han comenzado a contrarrestar lo que parece será el suceso del siglo. La aniquilación del hombre hipermoderno para entrar a un nuevo tipo de consciencia selectiva y abierta a la vez, de la cual sería un honor formar parte porque preserva la vida y la realización.
La vida brinda oportunidad de ser degustada con calma y reflexión. Todos con un ADN que
pareciera una “ruleta de la suerte” frente a este virus; algunos caen atónitos e incrédulos, otros han salido limpios y otros no jugamos al siniestro pronóstico y nos hemos resguardado con nuestros valores más preciados y una paz-ciencia que ya no tiene plazo fijo, sino variable.
Esta es la época, es de sabios respetar lo que cada quien quiera hacer de ella. Trabajar es posible, pero no en una sola área, sino en múltiples. La creatividad, espiritualidad y hasta el arte están presentes y resaltan al ser más funcional. Este ser contemplativo de todo aquello que ignoraba por la prisa de la productividad a toda costa y ahora eso se convertirá en un “nuevo mercado”, el de los seres de servicio, los del valor agregado, los disruptivos, promotores de valores acuñados desde los griegos retornan, nos han convertido en estoicos.
De los otros no tiene sentido describirlos a detalle…. huelen a desesperanza y violencia.
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